La tendencia Ghibli y la exposición de nuestros datos biométricos
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- 1 abr
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En una era donde la tecnología avanza a pasos agigantados, la seguridad y privacidad de los ciudadanos se han convertido en temas de preocupación constante. Entre los desarrollos más utilizados en la actualidad, los sistemas biométricos han revolucionado la forma en que nos identificamos y accedemos a servicios digitales. Desde huellas dactilares hasta reconocimiento facial e iris, estas tecnologías ofrecen comodidad y rapidez, pero ¿a qué costo?
La vulnerabilidad de lo irreversible
A diferencia de una contraseña, que puede cambiarse si se ve comprometida, los datos biométricos son permanentes. Una vez filtrados, no hay vuelta atrás. Si un hacker obtiene tu huella dactilar o el patrón de tu iris, esa información puede ser utilizada indefinidamente para acceder a sistemas que confían en estos datos como un medio de autenticación infalible.
Fugas y robos de datos
Casos recientes han demostrado que las bases de datos biométricas no son invulnerables. En diversas ocasiones, grandes corporaciones y entidades gubernamentales han sido víctimas de filtraciones que expusieron información altamente sensible de millones de usuarios. Un cibercriminal que acceda a estos datos podría usarlos para suplantar identidades, acceder a cuentas bancarias o incluso generar falsificaciones digitales.
La centralización de la información
El almacenamiento de datos biométricos en grandes bases de datos centralizadas representa un enorme riesgo. Un solo punto de fallo puede exponer información de millones de personas. Expertos en ciberseguridad advierten que es imprescindible adoptar sistemas descentralizados o mecanismos de encriptación avanzados para reducir el peligro de una filtración masiva.
¿Cómo proteger nuestros datos biométricos?
Evitar el uso innecesario: No proporcionar datos biométricos a plataformas o servicios que no sean estrictamente necesarios.
Elegir opciones descentralizadas: Si un servicio permite el almacenamiento local de datos biométricos en lugar de una base de datos en la nube, es una mejor alternativa.
Uso de autenticación multifactor: No confiar únicamente en biometría, sino combinarla con otros métodos de autenticación.
Regulación y transparencia: Exigir a gobiernos y empresas mayor transparencia en el manejo de datos biométricos y apoyo a legislaciones que protejan la privacidad.
Conclusión
El uso de datos biométricos es una herramienta poderosa, pero también representa un arma de doble filo. Si bien la biometría ofrece mayor seguridad y comodidad en ciertos aspectos, su mal uso o filtración puede traer consecuencias devastadoras. En un mundo donde la información es uno de los bienes más preciados, la conciencia y la precaución son las mejores herramientas para proteger nuestra identidad.
por @PacoIxba, Especialista en Pocisionamiento Orgánico, Consultor en Tecnologías de la Información e Ingeniería Social en El Ciudadano Digital, Director Portal Informativo y Riviera Maya Digital





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